22 de enero de 2018

Dominicano pone en alto talento criollo


Él es un típico dominicano. Color “indio”, pelo negro ondulado, más rasgos de mulato que de blanco en su mezcla de razas, pequeño comparado con el patrón de la gente “grande”, de origen humilde y con un marcado recuerdo infantil de un hogar dividido cuando aún no comprendía por qué sus papás ya no se querían.
Canta, baila, ajusta la ropa a su cuerpo sin miedo a que se le explote, es gracioso, cae bien, muy amable, amistoso, carismático, convincente y con gran dominio escénico para “robarse el show” donde quiera que se encuentra. El motor que lo impulsa: “Si no lo hago bien, fracaso”.
Como todo “buen dominicano” sencillo, Luis Manuel de la Cruz Zapata, llamado en el ambiente familiar y laboral simplemente Luiggi, ha tenido que “sacar de abajo” para “estar arriba”. Para triunfar. Para demostrar que ser isleño, hablar español y no tener figura de modelo no frena el éxito de nadie.
Este joven se ha convertido en la figura clave, dentro del renglón turismo, para promover a la República Dominicana y mostrar el verdadero color del “corazón de la auyama”; es decir, el gran talento que poseen los nacidos en la Patria de Duarte con matices aborígenes.
Luiggi es el Director de Cruceros de la empresa Celebrity Cruises, galardonada 77 veces en el año 2017 por diferentes revistas, básicamente en la línea de lujo de barcos grandes, título ganado durante los últimos siete años. Actualmente es la compañía de lujo de la firma Royal Caribbean LTD, tanto en Estados Unidos como en Europa y Asia.
Apenas tiene año y medio en el cargo, pero ha revolucionado el sistema de diversión, ofertas alimenticias, excursiones y servicios a lo interno de la embarcación; y lo más importante: se ha ganado la admiración y respeto de toda la tripulación, conectando también, de una manera impresionante, con cruceristas de todo el mundo.
El manejo de su inglés “aprendido sobre la marcha” es limpio, y la conexión que ha logrado Luiggi con el sentir de millares de personas con culturas, razas, preferencias y problemas diferentes, lo ha hecho dueño del escenario cuando comienza a conducir los espectáculos nocturnos a bordo del crucero, o actividades recreativas a cualquier hora del día.
“Graciaaaas…….” es la palabra que lo identifica. Decir gracias con una melodía exclusiva, que parece una oda a la felicidad, es su sello personal. A tal grado de lograr que la mayoría de los cruceristas lo repita de la misma “forma”, a cada instante, tratando de imitarlo como un gesto simpático y agradecido por lo bien que les está haciendo pasar sus vacaciones.
Lo que la gente no sabe es que con esta frase Luiggi agradece la vida que le han dado, la familia en que nació y la que procreó, las personas que contribuyeron a su formación profesional, a las universidades que le abrieron las puertas y lo graduaron con honores, a la gente que confió en él y le dio la oportunidad de “hacer lo que sabía hacer”.
En esta entrevista Luiggi explica cómo ha llegado tan lejos ….
¿Cómo te ganaste el puesto de director? 

Comenzando desde abajo. Sin miedo, sin prejuicio. Dispuesto a ganar, a vencer y obtener el éxito. Yo llegué a esta empresa (Celebrity Cruises) como empleado de limpieza. Eso era lo que había. Yo quería entrar y entré. No importa cómo. Lo importante es estar en el escenario, cerca de la meta.

¿Qué fue lo primero que hiciste en la empresa?

Limpieza. Te confieso que lloré. En la primera semana me quería ir. Yo llamé a mi casa y mi abuelita me sintió apenado y me dijo: “Mi hijo, deja eso”. Pero yo estaba decidido. En mi país ya yo había avanzado mucho en el área de turismo y era conocido y hasta bien pagado, diría yo. Pero uno siempre quiere escalar y llegar hasta donde más lejos se pueda.

¿Qué te hizo pensar que en la limpieza podrías llegar? 

La palabra lo dice todo. Eso es lo más limpio y noble que hay. Cuando una gente hace eso es capaz de hacerlo todo. De darlo todo en un trabajo. De botar el forro, como decimos nosotros los dominicanos. Y eso fue lo que yo hice. Me fajé. Limpié bien. Lo hice bien y me sacaron de ahí y me pusieron adonde ellos pensaron que yo debía estar. O donde yo me merecía estar.

¿Quién descubrió tu talento? 

Aquí en Celebrity Cruisse, el manager del bar, el más recto de la flota, un jamaiquino. Él me vio limpiando, recogiendo los vasos, las copas. Vio mi forma alegre y desenvuelta de ser, sin miedo, sin vacíos y me tiró una bandeja y me dijo: Nooooo. En mi bar usted no es limpieza. A partir de mañana usted es bartender. Y la gente ¡Oh…! Cómo va a ser, tan rápido. Así entré al bar. Sólo duré dos meses en limpieza. Y estaba en una prueba de seis meses.

¿Y después, cómo saltas a la Dirección? 

Aquí sólo duré cuatro meses y completé mi primer contrato. Como me fue bien apliqué para un segundo contrato y en una reunión general con el capitán donde hacen recuento de todo se abrió la sesión de preguntas. Un amigo mío quería saber algo sobre lavandería y no se atrevía a pararse. Tenía vergu¨enza. Entonces yo me levanté y dije: “Hola, que tal. Yo soy de República Dominicana…”, y la gente no me dejaba hablar. Me hicieron una bulla. Yo era como medio popular. Finalmente hice la pregunta y fue respondida. A los tres días la muchacha de animación me pregunta que si quiero trabajar en esa área y mi SÍ creo que se escuchó en todos los mares.

¿Qué más travesías de ascensos has tenido? 

En menos de un año me convertí en subdirector de animación y en esa función permanecí por 4 años. Ya tengo casi dos años como Director de Cruceros, que implica crear y supervisar todos los programas de recreación para los cruceristas y asegurarme de que todo esté funcionando bien en el barco, a nivel general. Y trabajar el flujo de cruceros. En el área de cruceros ya tengo siete años.

¿Cómo consigues un trabajo internacional?

Yo solicité por Internet.

FORMACIÓN PROFESIONAL 

¿Y en tú país. hasta dónde llegaste? 
Yo soy profesional. Concluí la carrera de Contabilidad en la Universidad Apec. Me falta hacer la tesis y graduarme. En este tema de turismo yo comencé trabajando en los hoteles de Puerto Plata, básicamente en animación y me iba bien. Pero yo no me quedaba ahí. Vivía chequeando los espectáculos para turistas y eso. Yo buscaba información y me nutría.

¿Cómo aprendes el inglés tan fluido? 

En un call center. Yo trabajaba en una villa, en Cabrera, y al entrar a la universidad lo dejé para conseguir un trabajo mejor y costear mis estudios. Fui a una entrevista, me hicieron dos preguntas: De dónde era y a qué me dedicaba. Me desenvolví bien con esas dos y lo demás lo aprendí con los compañeros de trabajo. Equivocándome, corrigiendo y mejorando.

¿Por qué estudiaste contabilidad? 

En mi familia hay muchos contables y ellos me motivaron a estudiar eso, excepto mi madre que siempre me visualizó como comunicador y me dijo que yo me manejaba muy bien en los escenarios y con todo tipo de público. Estudiando esa carrera tuve que trabajar en el área turística, que fue donde apareció algo y ahí descubrí que me gustaba trabajar con la gente.

EN EL PLANO PERSONAL 

¿Qué enseñanzas tienes de tus padres? 
La destreza de mi papá y la fortaleza de mi mamá. De mi madre, que es psicóloga, aprendí a conocer el lenguaje de los ojos de la gente y los mensajes que trasmiten con sus movimientos y acciones. Lo que desean y lo que no desean. De mi padre, que es contable, aprendí a ser práctico. Esa carrera, aunque no la ejerzo me ayuda a trabajar de forma organizada, esquematizada y más precisa posible.

¿Qué llevas contigo a todos lados? 

No es un trauma, pero sí recuerdo el momento en que mis padres se separaron. Tenía 8 años. No comprendía nada. Primero nos mudamos varias veces, luego terminamos unos en la Capital y otros en Cabrera. Nosotros los hermanos, con un pie aquí y otro allá. Es un poco de incertidumbre que se te queda grabado pero con el tiempo uno va comprendiendo.

¿Qué familia has creado? 

Estoy casado y tengo un hijo de 4 años. Mi esposa y yo nos hablamos todos los días por vídeo. Yo hablo con mi niño. Ella y yo oramos juntos para que Dios no permita jamás que la distancia nos separe. Pero ella sabe que este trabajo es duro. Es bueno, pero requiere de este tiempo corrido. La tripulación puede ver a su familia cada seis meses, pero a mí se me permite verlos cada dos meses. Nos mantiene el amor.

(+)

MENSAJE PARA LOS JÓVENES
“Todo lo que va viene y cuando uno pone un poco más de lo que la gente espera, el esfuerzo se remunera. Mucha gente se resigna a hacer lo que debe hacer y se queda ahí. No llega lejos, claro. Cuando se da más hay alguien que está mirando y siempre hay resultados positivos. Es bueno tener claro que nada está garantizado en la vida. Todo es un sacrificio. El hecho de que uno tenga que hacer un horario nocturno alejado de los demás no significa que será así toda la vida. El sacrificio es la clave del éxito”.

Fuente: Listin Diario

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