4 de septiembre de 2012

La vida de un adicto al trabajo


Santo Domingo.- Trabajar para vivir y vivir para trabajar, son dos estilos de vida diferentes. Quien trabaja para vivir sabe sacar tiempo para compartir con la familia, y aprovecha sus horas de trabajo para rendir lo que pueda dentro de su horario. Sin embargo, quien vive para trabajar, prioriza su trabajo ante todo y no tiene tiempo ni para sí mismo, ya sea por apego o adicción a lo que realiza.

Según la psicóloga industrial Erika María Acosta, una persona que es apegada a su trabajo trabaja hasta 20 horas diarias, se olvida de compartir con los amigos y la familia, porque toda su vida gira en torno a su desempeño laboral.

El adicto al trabajo es aquel que dedica más tiempo del que tiene asignado en su trabajo, es una persona  que hace de su empleo el núcleo central de su vida, hasta el punto de no comprometerse con otras actividades y ser incapaz de tener otros intereses. Lo destacable del adicto al trabajo es la actitud hacia él mismo, dice Javier Llaneza Álvarez (2009), en su obra “Ergonomía y psicosociología aplicada. Manual para la formación del especialista”.

Álvarez señala que el adicto al trabajo pierde el interés de participar en otros ámbitos diferentes a su trabajo, y esto se debe a la incapacidad que ha desarrollado para dejar de trabajar. “Erróneamente para la empresa lo ideal puede ser que el trabajador se ocupe las 24 horas, ignoran el riesgo que corre el empleado por el exceso de trabajo”, dice. Algunos ejecutivos se equivocan al pensar que trabajar sin descanso les asegura el éxito.  

CRITERIOS QUE DEFINEN AL ADICTO LABORAL

En “Ergonomía y psicosociología aplicada. Manual para la formación del especialista”, el autor Javier Llaneza Álvarez (2009) sostiene que los criterios que definen al adicto al trabajo son su extrema actitud laboral, dedicación excesiva en tiempo y esfuerzo, compulsión y desinterés por otras actividades.

Riesgos que corre un adicto laboral

Las causas por la que una persona es adicta a su trabajo apuntan a unas condiciones sociales, personales y laborales que interactúan y hacen que en un contexto laboral específico el trabajador se vea afectado por esta adicción, expresa el psicólogo Manuel Fidalgo, en el manual “La adicción al trabajo”.

Dentro de esas causas sociales que convierten a una persona en adicta a su trabajo están las ganas de crecer que tiene el empleado, las exigencias que pueda hacer la compañía o el deseo personal de sentirse un trabajador competitivo, destaca Erika María Acosta, psicóloga industrial. Sin embargo, las consecuencias de ser un adicto laboral se reflejan en la salud física y emocional de la persona.

Acosta manifiesta que el adicto laboral se olvida fácilmente de todo; es inestable con su pareja, se convierte en un ser aislado. En otros casos, puede ser una persona que vive sola y se refugia en el trabajo para no sentir la soledad, pero esta no es la mejor manera de llenar un vacío emocional.

Complicaciones

“20 años más tarde, el adicto al trabajo se enferma, y se da cuenta de que no valió la pena esforzarse tanto”, añade acosta.

En su ambiente de trabajo, dice, el adicto laboral no tiene ninguna relación estrecha con nadie. Es una persona encerrada, se lleva su trabajo a la casa y no duerme bien por estar pensando en trabajo. Después que el cuerpo dura ocho horas trabajando, no funciona igual.

El cuerpo y la mente necesitan descanso. Eso sí convierte al empleado en más creativo y productivo, destaca la especialista.

Según Fidalgo, cuando el empleado es un adicto se provoca un “daño” psicosocial porque no se siente bien.

Presenta síntomas de estrés y malestar psicológico. Además, estos problemas pueden afectar al ambiente social (conflictos con los compañeros, disminución del rendimiento) y extra laboral (conflictos con la familia y los amigos).

Sostiene que cuando se trabaja excesivamente porque se siente la necesidad y la compulsión irresistible por trabajar, se presentan los rasgos de adicción al trabajo.

Fidalgo explica que la adicción no termina cuando acaba la jornada laboral, trabajan los fines de semana, durante las vacaciones e incluso estando enfermos (esto es, el así llamado “presentismo”).

Todo ello se engloba dentro de lo que se ha denominado el “trabajo extra” de los adictos. Además, aun sin estar realizando una tarea física y visible, es muy probable que el adicto permanezca pensando en temas laborales.

El psicólogo asegura que saber dividir la vida laboral de la personal contribuye a vivir plenamente.

CARACTERÍSTICAS DE LOS ADICTOS

Según Javier Llaneza Álvarez (2009), en su obra “Ergonomía y psicosociología aplicada. Manual para la formación del especialista”, los adictos laborales sienten preocupaciones agobiantes durante el fin de semana, son incapaces de abandonar, al final de la jornada, un trabajo inacabado, no rechazan ofertas de trabajo adicional, experimentan que el tiempo se pasa muy rápido cuando se trabaja, miran impacientes el reloj, tienen problemas con sus familiares y amigos por dedicar más tiempo al trabajo que a ellos, se quedan de último en la empresa y les es difícil relajarse.

Fuente: Listin Diario

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