31 de julio de 2013

Cómo evitar los abusos en Twitter

Según ella, le llegaron 50 tuits con insultos y amenazas cada 60 minutos durante 12 horas. Amenazas de violación, persecución y ataques con un nivel de sadismo, detalle y calumnia escalofriantes.

Fueron los tuits que recibió la activista británica Caroline Criado-Pérez en la red social en los últimos días después de que lanzó una campaña para que los billetes de 10 libras reemplazaran la foto de Charles Darwin por una de la escritora Jane Austin con el objetivo de reforzar el papel de la mujer en la moneda de Reino Unido.

La controversia no hizo más sino crecer, sobre todo por el protagonismo que ella les dio a los mensajes a través de retuits. Y, después de que miles firmaron una petición para que Twitter tome medidas, la red social escribió un blog titulado "Los escuchamos" en el que prometía hacer que sea más fácil reportar abusos.

El dilema no es blanco y negro, entre otras porque se debate si Twitter es un medio de comunicación con una agenda o una plataforma abierta en la que cualquier persona -con cualquier agenda- puede expresar lo que piensa libremente.

Los trolls, aquellos exasperantes personajes inherentes a la era de Internet, son un hueso difícil de roer. Porque también plantean la pregunta de si la tecnología es la mejor forma de luchar contra problemas sociales de enorme complejidad.

Pero mientras Twitter decide qué hacer con semejante dilema, los mensajes maliciosos les siguen llegando a miles de tuiteros que nunca los incitaron.

Unfollow

La herramienta más obvia para no tener que leer mensajes que disgustan es simplemente no seguir a los usuarios que los escriben.

En Twitter, cada usuario sigue o no a los perfiles que quiere que le aparezcan en su feed de mensajes. Hacer una "ronda de unfollows", como se suele decir en la jerga, es una buena idea para curar el contenido que se lee.

Sin embargo, esto no es suficiente para que los demás no puedan leerlo a uno o no le lleguen los mensajes que lo mencionan.

Por eso en Twitter existe la herramienta de bloqueo, para que no lo añadan en sus listas, no vean los mensajes que le mandan, no lo sigan y no vean su foto de perfil cuando entran a su perfil.

Pero para muchos, incluida Criado-Pérez, la herramienta del bloqueo no es eficiente cuando uno es víctima de decenas de mensajes de abuso por minuto.

Botón de reporte de abusos

Precisamente por esa razón la activista ha estado haciendo campaña para que Twitter introduzca un botón -como los que tiene Facebook- con el que los usuarios puedan reportar el abuso y la red social se haga cargo de los abusadores.

Twitter ya les permite a los usuarios de su aplicación en iPhone reportar el abuso en un tuit particular, y espera hacerlo próximamente en Andriod.

El problema de los reportes de abusos es que Twitter, que es una empresa con dificultades para generar capital, tendría que tener miles de personas verificando si el abuso existe y si el usuario es o no de confiar.

La misma red social dijo que le resulta imposible monitorear los 400 millones de tuits que se publican al día. Aunque dijo no estar ciego de la realidad de los abusos.

Encima, Twitter también permite reportar el contenido como spam, o contenido no deseado, que es otra de las herramientas.

Ignorarlos o reírse de ellos

La periodista estadounidense Quinn Norton, quien ha trabajado con la comunidad hacker por 20 años y estudiado de cerca a los trolls, tiene su propia solución: ignorarlos o reírse de ellos.

"Por lo general, si usted no les hace caso ellos se van. Hay personas que realmente están amenazando, hay personas que son realmente peligrosas. 

Hay stalkers: ellos no desaparecen cuando los ignoramos. Así es como sabes si son peligrosos", le dijo.

Twitter tiene más de 500 millones de usuarios y genera más de 400 millones de mensajes al día.

La estrategia que usó Criado-Pérez es una más: darles mayor exposición a los abusadores, a través de retuits, y generar un debate en torno a lo que están diciendo.

Norton dice que el retuit es un buen espacio para manifestar lo que uno está viviendo y buscar apoyo, como lo encontró Criado-Pérez.

Pero resalta que "ignorarlo es una forma de decirle al troll ’no creo que de verdad quieras decir eso y creo que estás frustrado’".

Y hay muchos que creen que darles retuits a los abusadores es simplemente ponerles en bandeja una plataforma a su discurso.

Una opción más es llamar a la policía, como en el caso de Criado-Pérez, que ya arrestó a una persona.

Pero, como anotan los columnistas del diario The Guardian, Charles Arthur y Jemima Kiss, "esto pone a la policía en la difícil situación de decidir si una amenaza de violación en Twitter es más urgente que un acosador de la vida real".

En conclusión, ninguna de las alternativas está exenta de limitaciones. Pero, como en la vida real, erradicar del todo el abuso es prácticamente imposible.

Una prueba más de que Twitter, por muy virtual que sea, es una extensión de la realidad.

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