17 de diciembre de 2013

La prostitución puede venir disfrazada

La prostitución es el acto de participar en actividades sexuales a cambio de dinero u obtener bienes materiales por dichos favores. 

Resulta preocupante cómo cada vez más la sociedad se intoxica directa o indirectamente con la prostitución, y la misma se incrementa, entre otros factores: por la falta de educación, visión delicuencial de personas que quieren explotar esta actividad y hacer dinero fácil, además de la irresponsabilidad o ausencia de los padres o tutores.

En muchos de los casos la prostitución viene disfrazada, y al no presentar su verdadero rostro, confunde a quienes ven una manera de salir a flote. Un caso hipotético que bien podría ser más realidad que ficción: una joven pobre por demás, que no trabaja, pero anhela una mejor vida. Llega un hombre con dinero, digamos, rico; casado. Él le hace propuestas para que salga con él. Ella cae en el gancho. Él cumple todos sus deseos económicos. Ella feliz. Los padres de ella ni siquiera se preocupan por saber de dónde saca tanto dinero para sus lujos. ¿Qué creen ustedes que está haciendo la joven a cambio de dinero?

Otro caso puede ser: una mujer está trabajando en una empresa, gana muy poco y quiere ascender, pero no tiene mucha preparación, el jefe con mucho dinero le ofrece lo que ella ha soñado y ella cae en el gancho y se acuesta con él, eso también es prostitución.

No solo se prostituyen los trabajadores sexuales, sino que todo aquel que decide tener una relación sexual por dinero está en el bajo mundo de la prostitución.

Cada quien es libre de hacer lo que desee con su vida personal porque tenemos libre albedrío.

Para cualquier ser humano sería más fácil vivir lleno de placer sin tener que trabajar, ni estudiar; ahora bien, esos placeres pueden arraigar terribles consecuencias y llevarnos al más funesto de los abismos y convertirnos en ente sociales sin la más mínima dignidad.

Es importante que los padres tomen conciencia y monitoreen a sus hijos, así como también los jóvenes entiendan que no todo el dinero se puede aceptar, que si deseamos el buen vivir, lo primero que tenemos que hacer es prepararnos intelectualmente porque la mayor esperanza del pobre es la preparación.

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