16 de diciembre de 2013

Similitudes en ambas campañas

Por: Francisco Luciano
El más brillante cientista alemán, Karlos Marx, demostró   que la historia se repite,  primero como tragedia y después  como comedia, siendo este postulado  aceptado prácticamente de manera universal; más tarde   Herbert Marcuse,  sostuvo que la repetición de la historia como comedia puede resultar mucho más  aterradora que la tragedia.

Al observar la lucha  que se  libra por alcanzar  la rectoría en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD,  encontramos una  similitud asombrosa entre  la campaña  de uno de los candidatos  a la rectoría con  la candidato presidencial que resultó derrotado en mayo del 2012 .

 Su capacidad de auto contradecirse  es increíble,  y parece que calquea cuando  ofrece la solución a un problema o se refiere  de una manera a  un tema frente a un escenario y establece  todo lo contrario,  media hora después, cuando se muda de público, y esto es lógico  que haga pensar al profesorado  que  sus promesas son inverosímiles.

 El candidato derrotado en mayo de 2012, cuando corría solo aparecía adelante en todas las encuestas, eso le hizo creer que las elecciones ya habían pasado y que ya era presidente y en todas sus conversaciones y comparecencias fundamentaba su “segura victoria” en  los datos de las  encuestas; cuando el candidato Danilo Medina decidió arrancar su campaña,  las encuestas variaron y entonces ya no creía en ellas, porque “Leonel Fernández había comprado hasta la opinión de la Gallup.”  Ahora resulta que es “Febrillet quien manipula los resultados de encuestas y censos para fortalecer a Emma Polanco”.

Al igual que el ex candidato presidencial derrotado en mayo 2012,  el aspirante a rector, se peleó desde el inicio de la campaña con el jefe de su propia fuerza política a quien desprecio y  trató de arrinconar y pese a que después este se le sumó, lo  proclamó y le entregó recursos, nunca se restauró la confianza entre ellos, eso es lo que puede explicar el discreto papel  que desempeña en su campaña  un estratega de buenas condiciones como lo es Ramón Valerio, si lo  comparamos con el estelar protagonismo de Franklin García, quien da la impresión de ser el candidato.

El derrotado candidato presidencial escogió como blanco al presidente Leonel Fernández olvidándose de que su contrincante se llamaba Danilo Medina, al que acusaba de ser un títere al servicio del poder e igual ocurre a la campaña  del candidato a rector, que olvido que su contrincante se llama Emma Polanco y no Mateo Aquino Febrillet.

Al igual que el ex candidato presidencial ataca sin piedad al poder de turno, para luego pegar el grito al cielo diciendo que  la rectoría hace uso del poder para perjudicarlo. Llegando  a decir en un acto de paranoia desesperada  que” le  están preparado un fraude”.

La campaña del derrotado candidato presidencial amenazó con meter preso al presidente de Fernández   y a sus colaboradores y lo mismo hace la campaña del aspirante a la rectoría  de manera imprudente.

Cada vez que ese candidato abrió la boca metió la pata y perdió votos, igual ocurre al aspirantes  a rector   de las vallas grandes, y para comprobarlo  basta  escuchar su intervención en el programa los Sabios en la Z, del pasado domingo día 7 de diciembre.

Mientras Emma Polanco, al igual que Danilo en las presidenciales, es el centro de su propia campaña, en el entorno del otro candidato parece que existe una competencia de rostros que se expresa el protagonismo narcisista de  uno  que  solo busca promocionarse  y que prácticamente opaca al propio candidato.

Otro ingrediente que debe sumársele a las similitudes de ambas campañas es el tipo de compañía de los candidatos, a él le acompañan los amigos de Pepe Goico y ella los amigos  de Margarita Cedeño de Fernández.

A sesenta días para las elecciones del 15 de Febrero 2014,  solo queda una fuerza universitaria por hacer pública su decisión de apoyo a la rectoría y  es la  que lideran Julio Ravelo Astacio y  Mateo Aquino Febrillet, y ya han anunciado que lo harán en los primeros días del próximo año.

El autor es catedrático universitario.

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