Como si se tratara de un cuento repetido, el rostro de la derrota y la soledad permanece colgado en algunos poster de luz del municipio Santo Domingo Oeste.
Ya no existe vuelta atrás, solo queda el camino a la tumba política en la que se encuentran otros que en tiempos pasados intentaron enfrentar la decisión del pueblo morado.
No habrá más tormento, nadie los lloró, nadie les extrañó, al final la historia de la Bella y la Bestia en el olvido quedó.
En paz descansen, los ya hoy cadáveres políticos que más rápidos fueron olvidados.
Por: Joel Suero
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