Los enfermos de cáncer en República Dominicana han ido en aumento en los últimos años y se prevé que los casos de pacientes con este mal mantengan su ritmo de crecimiento, por lo menos así lo informó hace unos meses el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo, quien declaró que el incremento ha sido de un 60% en los principales hospitales públicos del país.
La mayoría de estos pacientes no cuentan con los recursos necesarios para costear el tratamiento de la enfermedad, que es, sino la más costosa de todas, una de ellas... las familias quedan en bancarrota, si es que tienen siquiera para desbancarse.
Es preciso entonces calificar de acto abusivo y afrentoso que el Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Tavares, a casi dos años de haber sido inaugurado, no tenga una jeringuilla dentro de sus instalaciones, que no haya atendido al primer paciente, que no haya resuelto siquiera mínimamente un “problemita” de los cientos que ya debió haber resuelto...
No es posible que se hayan invertido 52 millones de dólares en ese centro médico (más del doble de lo que costó el proyecto Boca de Cachón) y que éste siga con las puertas cerradas, mientras el Oncológico Heriberto Pieter se esté desplomando porque no da abasto para atender a tantos pacientes de cáncer.
No sería un exceso pues, decir que el Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Tavares padece cáncer y le ha dado metástatis, porque lo atacan las células cancerígenas del desdén de las autoridades por resolver este problema, que no debió ser un problema nunca. Se supone que, como dijo el entonces presidente Leonel Fernández, la obra fue entregada “lista para entrar en servicio”.
¿Cómo es posible que se haya invertido una millonada en el centro médico, para ofrecer servicios a los numerosos enfermos de cáncer en el país, y a casi dos años de haber sido inaugurada sus puertas sigan cerradas? Esta situación no se concibe, es una alcaldada, una ignominia contra el pueblo dominicano que tanto padece, que tanto necesita y que tan poco se le entrega. Que tanto tiene y que tan poco disfruta...
Cada día que pasa el hospital con las puertas cerradas, el Gobierno le dice a la población con cáncer en el país: ¡Muéranse! ¡Somos incapaces de abrir un hospital ya inaugurado! ¡No hay más nada que hacer!
Da pena que los médicos del Heriberto Pieter de la UASD estén rogando que se le dé apertura al susodicho hospital... Las autoridades deben abrir el centro médico ya no por compromiso social sino por vergüenza, por dignidad, por pudor ante la negligencia con el caso.
¡Asómbrese! El hospital inclusive tiene asignada una partida presupuestaria de RD$133 millones 997 mil, ¿Para qué fue inaugurado si no iba a abrir sus puertas..?
¡Ojalá haya cura para el cáncer del Oncológico!
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