Por: Tomas Sánchez
Los gobiernos miden su crecimiento económico en periodos trimestrales y al cierre de cada año su crecimiento total alcanzado.
En el periodo enero-marzo 2015 la economía dominicana registró un crecimiento preliminar de 6.5%, con respecto a igual período del año anterior, lo que indica que la economía de los ciudadanos mejoró.
El dominicano por su alto nivel de consumos, su mal manejo de endeudamiento y el mal hábito de ahorro hacen que sea imposible el reflejo del crecimiento económico del país en sus ciudadanos.
Como es de conocimiento de todos, la economía de los países se mide por indicadores como la producción de bienes y servicios, el consumo en general, el ahorro, la inversión, etc. La mejora de estos indicadores debería llevar teóricamente a un alza en los estándares de vida de la población. A mayor consumo de los ciudadanos más es el crecimiento económico del país.
Cuando escuchamos los informes del Banco Central nos preguntamos ¿y de donde es que esta gente saca esos números?_ salen de esos indicadores en que nosotros les damos movimiento, nosotros hacemos que suban o bajen.
No es que el consumir sea malo, lo importante es que se haga con conciencia, lo normal en nuestra cultura es que si ganamos x hay que gastar x y siendo así nunca podremos decir orgullosamente que el crecimiento económico del país va a la par con el nuestro, pues para tener una estabilidad económica se requiere de un buen habito del ahorro.
Por eso me identificó con la cultura americana, cuando de la distribución de gastos personales se trata, ellos dentro de sus ingresos destinan un porciento para ahorrar, para luego poder gastar en cualquier deseo sin necesidad de endeudarse.
Desde la Presidencia se debe implementar una campaña informativa con política de ahorro para concientizar a los cuídanos de los beneficios que deja este habito; hay que resaltar los logros obtenidos con el “Plan Nacional de Alfabetización”, y yo apuesto a un resultado parecido con un “Plan de Conciencia Ciudadana de Ahorro Económico”.
En nuestra cultura el consumismo prevalece en el entorno económico, y es porque desde niños nuestro cerebro recibe gastar, gastar, gastar.
¡Cambiemos la palabra gastar por ahorrar y nuestra vida económica cambiara!
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