Santo Domingo Oeste.- El diputado y precandidato a la Alcaldía Miguel Espinal, continúa su amplio programa de asistencia social a todos los pobladores del municipio Santo Domingo Oeste, durante el inicio de esta semana hizo entrega de varias ayudas, dentro de la labor social que lleva a cabo el legislador.
El representante de este municipio ante la cámara baja entregó una silla de ruedas al dirigente deportivo Felix Mateo, para su madre a quien le fue amputada una pierna.
También el legislador hizo donación de dos estufas en El Libertador de Herrera, a dos señora necesitadas, una de ellas en el comité barrial comunitario.
Luz Divina Collado, esposa del congresista, se apersonó hasta la residencia de la niña Kimberly Garcia y allí contemplo la difícil situación de salud por la que padece, de inmediato hizo entrega a sus familiares de dos cajas del costoso medicamento valorado en 64 mil pesos cada una las cuales debió traer desde los EE.UU.
Miguel Espinal de su lado, resalto que obras como esta es la que realmente le motivan para seguir creciendo en la actividad política, dijo “No me detendré cada día mas seguiré luchando por subir un escaño más por que siento que desde esta posición puedo colaborar y servir a mi gente”.
Otras ayudas fueron entregadas a las señoras Johanny Cuello, de Bellas Colinas Manoguayabo, quien resulto beneficiada con una estufa de horno, Altagracia Garcia de Guajimia 1, recibió una cama a través de Bethel Pérez Mella y él precandidato a Regidor Bertulio Amador, así como a varias promociones de bachilleres del municipio.
El legislador, mostró su satisfacción de poder contribuir con el fortalecimiento de las instituciones religiosas y estudiantiles de la circunscripción 4 y exhortó a los jóvenes que recibieron los cheques en nombre de sus organizaciones a no desmayar, seguir hacia delante y contar siempre con un amigo tanto en la cámara de diputados como en el Ayuntamiento.
En tanto que los beneficiados, agradecieron a Miguel Espinal por el apoyo y lo felicitaron por ser solidario con los más necesitados.
Por Julie Anderson Paredes
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