17 de enero de 2014

La objetividad: esencial para un periodista o comunicador

Por: Andrea Ramírez

El periodismo es una carrera complicada a la vez apasionante y divertida, pero es indispensable tener en cuenta diversos detalles que deben ser esenciales para ejercer la misma, entre ellos la objetividad. 

Objetividad es la imparcialidad con que se trata una información prescindiendo de las consideraciones y los criterios personales o subjetivos, viendo las dos caras de la monedas y haciendo un estudio profundo de las mismas o consultando las fuentes. 

A menudo las personas tienden a decepcionarse de quienes les informan porque van descubriendo en la forma de comunicar ya sea verbal o escrita la falta de objetividad, esto es sumamente peligroso, ya que una información carente de veracidad y condicionada hacia el sector que conviene puede sepultar nuestro objetivo comunicacional. 

Los periodistas son ente importante en la sociedad, los cuales están llamados hacer la voz de aquellos que no la tienen y hacerse eco de los males que afectan a la sociedad con vista a que los mismos sean resueltos por las autoridades competentes y resaltar las cualidades positivas del entorno que les rodea. 

El periodista o comunicador tiene la capacidad de desarrollarse en diversas áreas a la vez, pero es importante saber separar una de la otra e ir siempre apegado a la verdad.

Un ejemplo palpable es que el mismo puede hacer Relaciones Públicas ya sea a una empresa, institución, artista o un político, ahora bien, es importante poner cada cosa en su lugar para mantener la objetividad y la credibilidad sin caer en el fanatismo y haciéndole creer a los demás lo que no es, ya que cualquier información publicada por el mismo deber ser comprobable, de lo contrario, carece de sentido.

Ser objetivo es un reto importante, porque exige de nosotros ver los problemas y las situaciones con un enfoque que equilibre adecuadamente emoción y razonamiento. 

Esto, por supuesto, es complicado cuando las conclusiones se basan más en intereses económicos, sentimientos, amiguismos y demás. Por ello, el valor de la objetividad es tan importante porque nos permite dar su justo peso a los acontecimientos y obrar de una forma coherente.

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