16 de marzo de 2014

MENORES, DERECHOS Y CONTRA CULTURA: ¿UN MEDIO PARA UN FIN?

En la República Dominicana y en cualquier otro país donde existen personas afro-descendientes, no es común que grupos de presión social hagan uso de la imagen de un niño, niña o adolescente para hacer llegar un mensaje a la población, sea de protesta, de cambio, de resistencia o porque no, de violación de derechos. Estos intelectuales conocen (de primera mano) que haciendo uso de los "niños como carnada", podrán apelar al sentimiento del destinatario, quien podría dejar a un lado el valor moral e ideológico de la campaña "X", y caer presos en la subjetividad.

MENORES Y DERECHOS
En este post se pone como ejemplo la difundida campaña "A la Escuela VOY como Yo SOY", que presenta la imagen de una niña afro-descenciente, que exige ir a la escuela como ella es, derecho garantizado por la convención internacional de los derechos del niño; y en la Constitución de la República Dominicana, en los artículos 43, 44, 45; ademas el nombrado Estado, en en esa misma Carta Sustantiva, le dá rango constitucional al sistema de protección de las y los menores de edad, en su articulo 56.

Más adelante la misma carta magna registra en su articulo 63, el derecho a la educación y en el 64, los derechos culturales y deportivos, que van íntimamente ligados, porque la educación es la herramienta estatal de multiplicación de la cultura(valores, derechos, costumbres, usos sociales, conocimientos, ect.), con el fin de fomentar la formación integral de ciudadanos a futuro, y personas en el presente. 

Eso es lo que en resumen es el blanco de la Ley Sustantiva; pero la realidad social podría ser diferente: podría darse el caso que en diferentes planteles escolares públicos o privados, donde los estudiantes(menores), les interesa imponer su propia personalidad, sin importarles la opinión de sus padres, maestros o directores del centro educativo, y muchas veces sin conciencia de cuando una norma escolar es injusta o cuando se les está violando sus derechos fundamentales; a la vez que podrían levantarse contra la autoridad con comportamientos rebeldes o anarquicos.

En lo que respecta a la campaña que por evidencia de la foto pertenece al movimiento afro-feminista, busca empoderar a las niñas(no a *niños), en su derecho a expresarse en su corporeidad, pero deja a un lado el valor estético objetivo. Ese grupo social sabe que a largo plazo podría tener mujeres mejor sensibilizadas si se inicia desde la infancia, promoviendo este tipo de campañas contra-cultura, según sus defensores.

Las promotoras de esa campaña vuelven a usar el tema de la victima, como bandera de su lucha, pero ahora usando otro medio: la niñez, para hacer llegar su discurso político e ideológico, pero apelando a las técnica de la publicidad, que busca no realmente empoderar sino ordenar comportamientos directos a la mente de los individuos, que muchas veces dejan a un lado el valor racional y político del tema y sólo se fijan en la niña con cabellos rizos y despeinada, que le dice a la sociedad, al Estado y todo individuo, que a la escuela ella vá como es, sin importar lo digan o norme la sociedad.

Esta campaña hace uso de la menor de edad como medio para un fin, lo que busca realmente es que el sistema educativo entienda que debe respetar los derechos de esa niña, aunque vaya despeinada al centro educativo; poniendo en conflicto a la familia, la escuela y el sistema de protección de los derechos de los menores. 

Lo moralmente y legalmente correcto es que en este tipo de campaña se haga pero con niños y niñas peinados, sin distinción de razas; como ellos libre y voluntariamente decidan en lo que respeta al corte de cabello y el estilo, pero no despeinados como otros deseen. 

La disciplina y la belleza como valores son objetivos, y nuestros niños y niñas tienen todo el derecho de saberlo para expresarse libremente, pero apegados a las buenas costumbres, para un desarrollo eficaz de su personalidad; para que puedan identificar lo estoicamente bello en toda obra de arte, en especial en si mismos, no tienen que esperar ser adultos para saberlo.

Por: José Iván Díaz (Jurista objetivista)

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