Por: Juan TH
En estos momentos todos los periodistas y todos los comunicadores sociales (que no son los mismos ni son iguales) deberían estar al lado de Marcos Martínez, incluyendo las organizaciones que los agrupan: Primero por aquello de que “los bomberos no se pisan la manguera”; segundo porque “hoy por mí y mañana por ti”; tercero porque lo que pretende el gobierno es silenciar a los que tienen el coraje de criticar la corrupción y a los corruptos; y cuarto, porque es un abuso, es coger “piedra para los más chiquitos” utilizando el poder del Estado.
Marcos no es un delincuente, como lo acusara abusivamente la vicepresidenta de la República. Deberá probarlo en los tribunales. Eso sí es difamación e injuria, eso sí viola la Ley 6132 sobre expresión y difusión del pensamiento. Esa acusación sí merece una demanda ante la Suprema Corte de Justicia aunque sea una manera de perder el tiempo dada la composición de ese alto tribunal.
Marcos Martínez es un abogado, comunicador y político que ha sabido jugársela por completo cuando ha sido necesario. Si la señora vicepresidenta quiere buscar delincuentes sólo tiene que mirar a su alrededor. Si lo hace verá que están muy cerca, tan cerca que puede olerlos, tocarlos y acariciarlos.
(Y ella, para quedar libre de culpas, en algún momento, tendrá que rendir cuentas sobre el origen de sus bienes, como ordena la Constitución en su artículo 146)
Contra Marcos están enfilados los cañones del gobierno. Ya intentaron asesinarlo. Ahora quieren desacreditarlo para aniquilarlo moralmente. Probablemente lo envíen a la cárcel. (Había que ver a la magistrada en Santiago bajar del estrado para saludar con besos y abrazos a la vicepresidenta. No guardó ni siquiera la forma)
Pero no se confundan. La agresión no es a contra Marcos. Es contra el ejercicio comunicacional; es contra todos los periodistas y comunicadores que no le han puesto precio a su voz ni a su pluma; es contra la libertad de expresión y difusión del pensamiento, es contra mí, contra usted, contra todos. El Gobierno pretende consolidar su dictadura silenciando todas las voces. ¿Acaso es casual la demanda de Félix Bautista contra José Alejando Ayuso, Andrés L. Mateo y Jaime Aristy Escuder por el libro El Lado Oscuro de la Sun Land? ¿Acaso es casual la demanda contra mi a pesar de que su comandante en jefe Leonel Fernández aconseja a los políticos no pelear con curas ni periodistas?
¿Cree alguien que es casual la pretensión de evitar, mediante la modificación del Código Procesal Penal, que los ciudadanos puedan querellarse contra funcionarios corruptos? No es casual. Se trata de un plan para eternizar el borrón y cuenta nueva. El delito no es ser corruptos, el delito es denunciarlo.
¿Qué está pasando que los periodistas y comunicadores de Santiago y toda la región del Cibao no se han puesto al lado de Marcos Martínez? ¿Dónde está el Colegio de Periodistas y sus filiales? ¿Dónde está el Sindicado de Trabajadores de la Prensa? ¿Dónde diablos está la oposición que no ha dicho nada? ¿Dónde está el PRD Mayoritario? ¿Dónde están todos que no han hecho nada para impedir que maten o envíen a la cárcel a Marcos Martínez?
¡No dejemos sólo a Marcos Martínez!
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