28 de mayo de 2014

Intruso desde el rincon de mi casa

Andrés Travieso
Desde mis años de adolescencia me gusta escribir, pero jamás imaginé que llegaría a ser un 'intruso' en este bello, pero difícil, arte.

A través de la escritura conquisté mi primera novia. La escritura ha sido mi medio de desahogo. Me he valido de ella para reclamar derechos y hacer propuestas en favor de la juventud.

La escritura me ha generado la admiración de algunos amigos y el rechazo de otros. La escritura me ha traído momentos difíciles y momentos alegres. He vivido circunstancias desagradables. Otras agradables.

Un pastor, que estimo mucho, seguidor minucioso de lo que escribo y hago,  preocupado por el espíritu de intolerancia que habita en mentes nubladas, me escribió un comentario (un llamado a la cautela) que considero oportuno compartirlo con ustedes, amigos míos, cito: "Mi querido y estimado hijo, me siento muy alegre por el crecimiento y la proyección que tienes, le doy seguimiento a todo lo estas haciendo. Sin embargo, me preocupa sobremanera lo que te pudiera pasar, pues estás tocando teclas que afectan directamente los intereses de algunos inescrupulosos que gozan de cierto poder político y hasta de inmunidad judicial. Hombres perversos e implacables, que solo piensan en sus propios beneficios dispuestos a quitar de en medio a todos los que representen obstáculos a sus propósitos. Ten mucho cuidado, muévete con cautela, no digas todo lo que quiere ni todo lo que sabes, aunque esté convencido de que es cierto: mejor estar vivo y parecer un cobarde, que un valiente bajo tierra.  Bendiciones, te quiero mucho". 

Prestaré la debida atención a la recomendación pastoral pero los intolerantes que se enteren que las palabras de Don Américo Lugo, también, son mis palabras: “No recibo órdenes de nadie y escribo en un rincón de mi casa...”

Por: Andrés Travieso
(loencontre2002@hotmail.com)

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