“Eres más raro que un perro verde”. Ese es el refrán, porque ver un perro verde parece raro, muy raro. Pues no. Y si no que le pregunten a Aída Vallelado. Esta criadora de perros, que vive en Laguna de Duero, en Valladolid, se llevó una gran sorpresa cuando el pasado 3 de junio una de sus perras, Micaela, de raza podenco, dio a luz a cinco cachorros, dos de ellos de color verde.
«Fue una sorpresa», explica Aída a Gonzoo, «al principio pensé que era suciedad, pero froté y no se iba». El caso está siendo investigado por la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, ya que parece que, por lo menos en España, no se había dado un caso así.
La única diferencia que distinguía a los dos cachorros del resto de la camada es que en apariencia eran más débiles. De hecho, uno de ellos, una hembra, ya ha fallecido. El otro, Trébol, un macho, se mantiene, aunque su tamaño es aproximadamente la mitad que el de sus hermanos y «le está costando alimentarse», apunta Aída.
Desde el Centro Veterinario Colmillos y Zarpas, en Cuéllar (Segovia), Daniel Valverde explica a Gonzoo que se están haciendo pruebas para corroborar el origen del peculiar color, pero que todo apunta, supuestamente, a la biliverdina, un pigmento presente en la placenta y que habría sido absorbido por los cachorros durante la gestación, algo poco común.
No obstante, el veterinario del centro señala que lo normal sería que el perro perdiese el color verde durante su crecimiento. «Es similar al efecto amarillo anaranjado que puede provocar la bilirrubina, el cuerpo lo va depurando y desaparece».
Fuente: Bloguisimo
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