Argentina es mundialmente reconocida tanto por su vino Malbec como por sus cortes de carne vacuna, aunque también cuenta con otros dos productos de exportación igualmente codiciados aunque menos conocidos: semen y embriones congelados de caballos de polo pura sangre.
Un lote de esperma de primera calidad puede oscilar entre 1.000 y 10.000 dólares, dependiendo del linaje del semental, y el precio de un embrión puede alcanzar los 20.000 dólares, según Cristian Sporleder, cuyo laboratorio de genética, GeNeTec, opera en el lujoso mercado de polo desde hace cinco años.
Por décadas Argentina ha dominado el deporte popular entre magnates y familias reales, atrayendo a los mejores jugadores del mundo, criadores y un público pudiente.
A su vez, ha desarrollado uno de los más avanzados centros de biotecnología de la región, cuyas probetas producen campeones.
"Hay una gran demanda de buenos caballos de polo argentinos", dijo Sporleder, un exjugador de polo y veterinario de 43 años.
Criadores que buscan crear el espécimen perfecto pueden comprar semen congelado e inseminar artificialmente a sus propias yeguas o pueden comprar directamente el embrión.
En los exteriores del laboratorio de Sporleder, ubicado en una zona semirural al norte de la ciudad de Buenos Aires, sementales con brillosos pelajes marrones se encuentran alineados en casillas.
La página web de GeNeTec ofrece a potenciales clientes listas y fotografías de distintos caballos, donde pueden buscar en base al peso de los animales o simplemente por categorías como "favoritos", donde se destacan nombres como Rainbow Corner y El Sol.
El polo, introducido en Argentina en el Siglo XIX por la población británica, se asemeja al hockey sobre césped a caballo. En él, dos equipos de cuatro jinetes utilizan mazos, conocidos como 'tacos', para impulsar una pelota de madera hacia las porterías de los rivales.
Según Sporleder, la desaceleración económica tras las crisis financiera del 2008, así como las dificultades económicas de Argentina, redujeron la demanda de genética de GeNeTec.
La empresa recibe visitas de interesados de Estados Unidos, Europa, Brasil y Venezuela, pero la principal clientela se encuentra en Argentina, donde complejos residenciales de lujo ofrecen campos de polo para la práctica del deporte.
Mientras tanto, tanto jugadores como establos se han mostrado cada vez más reticentes a retirar a sus yeguas de los campos de juego, provocando la demanda de madres sustitutas, dijo Sporleder.
GeNeTec cosecha los óvulos de caballos pura sangre, los fertiliza y luego implanta el embrión a madres sustitutas.
"Lo importante de la transferencia de un embrión es que la yegua donante mantiene su desempeño deportivo, lo que significa que nunca deja de jugar al polo", señaló Sporleder
Fuente: Scientific American
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