El cantante reseña en su nuevo libro, ‘Every Little Step: My Story’ que, siendo aún un niño, no era consciente de que su madre vendía cocaína para mantener a su familia, por lo que cuando un día se encontró con una bolsa llena de polvo blanco en la cocina dio por sentado que se trataba de harina y la utilizó para preparar un plato de pollo frito.
“Decidí utilizar la bolsa grande de cocaína que había encontrado en la nevera para hacer pollo frito. Saqué los trozos de pollo y rebocé unos cuantos en la harina y los eché a una sartén con aceite caliente. Tenía 10 años. No me di cuenta del olor tan raro que desprendía, así que cuando los trozos de pollo cogieron un color dorado supuse que ya estaban listos para comer”, revela el intérprete en el libro.
Según la publicación de “Bang Showbiz”, la madre del cantante se quedó horrorizada al descubrir lo que había sucedido, aunque no tuvo valor de contarle cómo había puesto su vida en peligro debido a sus negocios ilegales.
“Después de unos cuantos mordiscos empecé a sentirme raro, y fue entonces cuando mi madre entró en la cocina. Al principio sonrió ante la idea de que su pequeño Bobby hubiese hecho la cena, pero en cuanto echó un vistazo a su alrededor y vio el desastre que había causado, con el polvo y el olor, se dio cuenta de lo que había hecho. Había frito el pollo en su cocaína, una innovación bastante radical en las tradiciones culinarias de la familia. Pollo a la cocaína”, continúa el libro.
En aquel momento la madre del cantante no le explicó por qué se encontraba tan mal, aunque él se dio cuenta de lo que había sucedido con el paso del tiempo.
“No fue hasta muchos meses más tarde cuando me percaté de lo que estaba sucediendo en mi casa”, enfatiza.
Fuente: Diario Libre
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